La interacción con nuestra familia, con nuestros amigos y todos los demás se hace mayoritariamente por la emisión y captación de sonidos y así nace la importancia del lenguaje, un verdadero código de comunicación humana. El lenguaje es una función compleja que permite la comunicación interindividual y por lo tanto una de las formas más importantes de interacción entre seres humanos. Es con el dominio del lenguaje transmitimos pensamientos, expresamos ideas, deseos, emociones y opiniones.
en.wikipedia.org: Broca’s area – lateral view.png
La comunicación no se logra solo debido a la coordinación de una parte de la musculatura facial, está claro que de esta función se encarga el sistema nervioso. Primero pensamos en lo que queremos decir, luego seleccionamos que palabras queremos usar y solo por último las producimos y vocalizamos así como para comprender a los demás primero atendemos y reconocemos y luego retenemos las palabras e interpretamos su significado . La región cerebral asociada al lenguaje se denomina área de Wernicke y área de Broca, localizadas en el hemisferio dominante, o sea, contralateral a la extremidad superior dominante. En estas regiones se encuentran las áreas primarias, secundarias y terciarias del lenguaje y por lo tanto cualquier lesión en esta área puede causar alteraciones comunicativas. Sin embargo, la integración del lenguaje requiere la acción y coordinación con otras estructuras cerebrales como el tálamo, área motora suplementaria, área pré-frontal, sistema límbico entre otros.
El desarrollo del lenguaje, principalmente en el niño, está muy estudiado. Quien no se acuerda de los estudios del famoso Piaget con niños, juegos e imitación? Ahora sabemos que el lenguaje necesita de una base biológica y cultural y por lo tanto no se puede producir fuera del contexto cognitivo, motriz y social. Pero aun después de su correcto desarrollo esta capacidad puede ser perdida total o parcialmente debido a un daño cerebral adquirido siendo más frecuente en el ictus y traumatismo cráneo encefálico. En este caso, definimos como Afasia o Disfasia, la alteración del habla y del lenguaje en el paciente con daño cerebral.
Al ser muy frecuente entre este tipo de pacientes, tanto el equipo médico como el equipo terapéutico que se encargará de la rehabilitación del paciente, debe realizar una valoración clínica informal. Una vez detectada alguna alteración, el paciente debe ser derivado al logopeda especialista, este que por su vez debe expandir pautas de tratamiento al entorno doméstico (familia y amigos) y terapéutico (fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, psicólogo, médico). La valoración inicial no especifica, es una valoración sencilla y rápida que cualquier profesional sanitario puede realizar teniendo en cuenta la comprensión, el lenguaje espontáneo, la capacidad para encontrar palabras, la denominación, la repetición, la lectura (alexia) y la escrita (agrafia).
Dentro de la Afasia existen varias clasificaciones y nomenclatura, las más conocidas y fáciles de identificar son:
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Afasia motora: el paciente entiendo lo que se le dice pero no es capaz de emitir lenguaje adecuado.
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Afasia nominal: el paciente no identifica la palabra que quiere usar y para compensar usa descripciones, cualidades o gestos.
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Afasia sensitiva: el paciente pierde la capacidad de entender lo que se le dice de forma verbal, gestual o escrito.
La persona con afasia no debe ser excluida ni excluirse pues la afasia por si sola ya disminuí considerablemente la calidad de vida del paciente. Para contornar esta limitación podemos usar otro tipo de comunicación mediante gestos, pantomimas, expresión facial y gestual, dibujos y muchas otras estrategias. No debemos olvidar que al tratarse de una lesión cerebral, puede haber una evolución del paciente y por lo tanto la estrategia más adecuada al paciente puede cambiar.
La disartria, alteración del habla, no debe ser confundido con alteración del lenguaje. Esta es definida como la dificultad en la articulación o en la modulación de las palabras por problemas de coordinación muscular y articular. Esta es más evidente en palabras largas y no suele ser tan incapacitante como la afasia.
En las sesiones de fisioterapia con pacientes neurológicos es muy frecuente encontrar pacientes con alteraciones del lenguaje. En estos casos la afasia puede ser un factor limitante durante las sesiones, por lo tanto, recomendamos:
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Utilizar frases cortas y simples (eg.: evitar largas descripciones)
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Usar tono de voz adecuado (eg.: no gritar)
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Facilitar la respuesta del paciente (eg.: proporcionar las opciones)
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Aguarda respuesta (eg.: no responder por el paciente ni buscar respuesta en su cuidador o familiar)
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Usar preguntas de respuesta cerrada (eg.: respuesta “si” o “no”)
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Estar en el campo visual del paciente (eg.: lectura de labios, gestos, apuntar)
Estas mismas recomendaciones son útiles para la estimulación del lenguaje. A las cuales añadimos el uso de objetos reales, tarjetas de dibujos, pizarra para diseños y uso de letras y números como objetos integrantes en las sesiones de rehabilitación. Igualmente recordamos que el logopeda responsable debe asesorar al terapeuta en lo que está relacionado con ejercicios de estimulación del lenguaje.
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